En los últimos tres años el número de herencias se ha incrementado de manera exponencial. Esto ha sido, en parte, al aumento de la mortalidad por el virus de la COVID-19. La aceptación de la herencia es un trámite al que se han tenido que enfrentar muchas personas y que, en efecto, tiene su intríngulis. Especialmente si hay más de un heredero.
De hecho, si la herencia es compartida el terreno estará abonado para el conflicto. Cuando un familiar fallece sin testar, lo más lógico es que la herencia se divida en partes. Ocurre lo mismo cuando la herencia consiste en un único bien, como por ejemplo un piso, y el legado tiene que fragmentarse.
Un problema con el que se encuentran muchos hermanos (o familiares a los que toca repartir la herencia) es que no llegan a ponerse de acuerdo sobre qué hacer con el piso que han heredado. A veces sucede que un hermano quiere vender, porque no necesita el piso, y el otro quiere quedarse con el inmueble. ¿Qué se puede hacer en estos casos?
Uno de los herederos quiere vender y el otro no, ¿se puede?
Cuando una vivienda es propiedad de varias personas en partes iguales, tenemos un proindiviso. Puede suceder que todos los propietarios se pongan de acuerdo para vender una vivienda. Sin embargo, no siempre sucede así. Pero lo cierto es que no se puede obligar a una persona a vender, como tampoco se puede obligar a una persona a soportar una copropiedad si no quiere.
Que uno de los copropietarios compre la parte del otro (u otros)
En este caso, los propietarios tienen distintas opciones. La primera, que el propietario que quiere quedarse con la casa, adquiera la parte o partes de aquellos copropietarios que tienen la intención de vender. En este caso, el primero tendría que abonar a los demás el valor de sus partes.
Que los propietarios acudan a un acto de conciliación
Es una opción de lo más recomendable para no tener que llegar a los tribunales. Se puede acudir al acto de conciliación con un abogado (aunque no es obligatorio) y en este se tratará de llegar a un acuerdo sobre la venta (o no) de la vivienda. Si es posible alcanzar el consenso, no hará falta que los copropietarios tengan que enfrentarse en los tribunales.
La subasta voluntaria: ¿qué pasa cuando los propietarios no se ponen de acuerdo con el precio?
Puede ocurrir que los copropietarios se hayan puesto de acuerdo con vender la vivienda que han heredado, pero que no estén conforme con el precio de venta. Existe una ley, que es la de Jurisdicción Voluntaria, con la que los herederos pueden pedir que la vivienda entre en una subasta voluntaria. Este procedimiento exige acudir a los tribunales, porque hay que presentar una solicitud en el Juzgado de Primera Instancia. El valor de tasación de la vivienda será el valor que tenga la casa en la subasta y el importe que, finalmente, se repartirán los copropietarios.
A vueltas en los tribunales: división judicial de la herencia
Si los herederos no se ponen de acuerdo, habrá que acudir a los tribunales. Se trata de un procedimiento más costoso, en tiempo y recursos, pero es la única manera de realizar el reparto si los copropietarios no se ponen de acuerdo de ninguna manera. La persona que esté interesada en vender la casa, tendrá que interponer un contencioso de división judicial de cosa común. Finalmente, la vivienda se subastará y podrán repartirse el dinero obtenido.