Muchos sufrimos este terrible síndrome cada vez más extendido: una cocina de pocos metros (¿en plural?). Pero dejemos de llorar, estas 10 decisiones pueden ahorrarnos muchos «es que es enana».
# Todo sirve para algo
Olvídate de tener una vajilla formada por platos de todos los tamaños y cachivaches que parecen salidos de «La tienda en casa». En una cocina de pocos metros es primordial disponer simplemente de aquello que vas a necesitar realmente. Lo sabemos, el escurrelechugas es uno de los mejores inventos del siglo XX, pero ¿por qué tiene que ser tan grande? Espera un poco a que la ciencia sea capaz de inventar un escurrelechugas mini y de momento hazlo como se ha hecho toda la vida.
# No dejes ni un solo día la cocina sin recoger
Esto podría aplicarse a cualquier cocina, no solo a las pequeñas. Pero cuando tienes pocos metros, se trata de la primera norma que debes cumplir cada día. Una cocina pequeña se convierte en un caos rápidamente pero lo bueno es que también se recoge y limpia con la misma rapidez. Bueno, no la misma, pero sí en un periquete. No dejes a la vista el gel lavavajillas ni el estropajo, nada de platos usados en el fregadero y esconde todo lo que puedas para que tu cocina respire paz. Aprovecha cajones, baldas, incluso los laterales de los armarios para colgar, ¡y no olvides las barras y las soluciones de pared! Son útiles y quedan bonitas.
# Adiós nevera
Pero no del todo. Este es un truco que solo es aconsejable si tienes una nevera bonita como una Smeg. Las cocinas pequeñas suelen estar integradas o semi-integradas en el salón, así que ¿por qué no mostrar con orgullo tu nevera de diseño sin ocupar espacio en los pocos metros que tienes para cocinar? Exponla en tu sala de estar, eso sí, cerca de la cocina y olvídate de neveras mini con las que al final te acaba doliendo la espalda.
%%# Tapa el fregadero %%
Si lo peor de tu cocina pequeña es que te falta espacio de trabajo para crear tus deliciosas recetas, hazte con una buena tabla de cortar y colócala sobre el fregadero. Una solución fácil a un problema logístico que te dará mayor amplitud de movimientos por tu minicocina.
# La pared es tu amiga
En las cocinas pequeñas se puede hacer magia y conseguir espacio donde no lo hay. No subestimes las posibilidades de tus paredes. En ellas puedas colocar estantes en los que almacenar ingredientes, colgar cestas decó para la fruta, distribuir con baldas parte de tu vajilla… Confía en ellas, lo aguantan todo.
# Etiqueta y recicla
No hay nada más antiecológico que los alimentos sobre envasados que consumimos hoy en día. Pero además de ser poco responsable con el medioambiente, también es un enemigo de las cocinas pequeñas ya que no hay espacio para guardar tanto plástico. Nuestra propuesta es que utilices estos envases cuando te encuentres con alguno y los etiquetes para guardar alimentos ya utilizados. En los tarros de cristal puedes guardar legumbres o incluso preparar tus propias conservas. Se acabó lo de malgastar, por una vida ordenada y eco.
# No solo existe la cocina
Al principio de este artículo te comentábamos que te quedases solo con lo indispensable, pero a veces es complicado a nivel de alimentos. Como sabemos que es más barato comprar un cartón de leche que brick a brick, dispón de un mueble en el salón o donde quieras en el que almacenar parte de tu despensa. Por fuera no se notará y este será nuestro secreto.