Todas estas son las características del agente inmobiliario perfecto. Paciente, optimista, honrado, transparente… son algunos de los rasgos que, a juicio de los propios profesionales, deben definir al agente inmobiliario perfecto, pero hay muchas más…
– Empatía: sabe escuchar y es muy paciente
– Valores: dice siempre la verdad. Es transparente, claro y riguroso. Es honrado. Es humano
– Profesionalidad: tiene inquietud por formarse constantemente. Conoce exhaustivamente el producto, el mercado, la situación micro y macroeconómica y la legislación vigente. Realiza planes de marketing personalizados. Asesora al cliente antes, durante y después de la operación. Tiene buenos y efectivos hábitos que le ayuden a planificar su agenda. Es responsable. Es organizado. Es resolutivo
– Pasión: ama la profesión. Disfruta con su trabajo. Es entusiasta y dedicado
– Dominio tecnológico: manejar un crm y tiene una base de datos y sistema de archivos impecable. Y, por supuesto, está muy presente en las redes sociales
– Capacidad de comunicación y de negociación: es un orador persuasivo, se comunica fluidamente y domina el arte de la negociación
– Especialización: es un experto en su zona de actuación. Está focalizado. Busca ser diferente
– Seguridad en sí mismo y asertividad: tiene una alta autoestima y una gran capacidad resolutiva
– Perseverancia: es constante, muy constante
– Compromiso: está comprometido con la profesión, con la comunidad, con el producto y con el cliente
– Capacidad de adaptación y resiliencia: está abierto al cambio. Es flexible
– Generosidad: sabe competir adecuadamente y colaborar eficazmente con el resto de profesionales del entorno. Sabe trabajar en equipo y compartir
– Dinamismo: atiende al cliente con rapidez. Está volcado a la acción. Tiene agilidad mental
– Confianza: tiene una buena reputación. Genera confianza
– Prioridad: sabe que el cliente es lo primero. Y tiene vocación de servicio
– Optimismo: su actitud es siempre positivo
– Psicología emocional: tiene habilidades sociales
– Proactividad y valentía: es capaz de mirar lejos. Los detalles no le ocultan el conjunto de la situación. Arriesga
– Creatividad: tiene imaginación para buscar el beneficio del cliente. Es innovador
– Saber estar: tiene una buena imagen personal y modales. Tiene una buena presencia. Demuestra seguridad y seriedad
Fuente: Idealista